Un corazón silencioso se parece a la tierra buena que empapada con la lluvia fina del Espíritu recibe la semilla de la Palabra de Dios y, con el paso del tiempo produce el mejor fruto.
Un corazón silencioso se parece a la tierra buena que empapada con la lluvia fina del Espíritu recibe la semilla de la Palabra de Dios y, con el paso del tiempo produce el mejor fruto.